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No siempre es necesario hacer grandes cambios estructurales para que un espacio luzca más grande.
Con algunos ajustes estratégicos, puedes transformar la percepción de amplitud en tu hogar sin necesidad de derribar paredes ni gastar una fortuna. Aquí te dejamos cinco consejos prácticos para lograrlo.
Aprovecha la luz natural: La iluminación es clave para ampliar visualmente cualquier ambiente. Mantén las ventanas despejadas, usa cortinas ligeras y coloca espejos estratégicamente para reflejar la luz y dar una sensación de mayor profundidad.
Colores claros y uniformes: Los tonos neutros y claros en paredes, muebles y textiles ayudan a que los espacios se vean más abiertos y aireados. Evita contrastes muy marcados y opta por una paleta cromática continua para lograr fluidez visual.
Muebles funcionales y ligeros: Opta por piezas con patas elevadas, superficies de vidrio o estructuras minimalistas que permitan ver más allá de ellos. Esto reduce la sensación de saturación y genera un ambiente más despejado.
Menos es más: La acumulación de objetos puede hacer que un espacio se sienta abrumador. Mantén solo lo esencial a la vista y apuesta por soluciones de almacenamiento inteligentes para ocultar lo que no usas a diario.
Orden y distribución inteligente: Un mobiliario mal distribuido puede hacer que una habitación parezca más pequeña de lo que realmente es. Asegúrate de que haya suficiente espacio para moverse cómodamente y evita bloquear zonas de paso con muebles grandes.
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