En el corazón del distrito histórico de Mtatsminda, en Tiflis, Georgia, el estudio TIMM Architecture ha llevado a cabo una delicada transformación arquitectónica: convertir un antiguo ático, ubicado sobre un edificio del siglo XIX, en un luminoso apartamento contemporáneo que rinde homenaje tanto a la memoria del lugar como al paisaje que lo rodea. El propietario, descendiente directo de uno de los residentes originales del edificio, ha cuidado con esmero cada detalle del proceso, respetando las capas de historia que habitan en los muros del inmueble.
El diseño del apartamento se inspira en las vistas panorámicas que se aprecian desde el ático, las cuales evocan la atmósfera pictórica de la artista georgiana Elene Akhvlediani. A partir de esta inspiración, el proyecto se estructura en tres zonas diferenciadas: la entrada, la sala de estar y el comedor. La escenografía interior se apoya en una paleta de blancos prístinos que amplifica la luz natural y dirige la mirada hacia el comedor, concebido como el núcleo emocional y visual de la vivienda.
Uno de los desafíos principales fue la integración de la escalera que conduce a la sala de estar. Para resolverlo, se introdujo una pared suspendida de acero perforado, que actúa como una invitación visual sin interrumpir la sensación de apertura. Esta sala, en lugar de cumplir con el rol tradicional de espacio principal de convivencia, se plantea como un área secundaria de descanso informal, acorde con una concepción más contemporánea de la vida doméstica. Su diseño es deliberadamente neutro, permitiendo que sea el comedor el que asuma el protagonismo.
En ese comedor, revestido en madera con acabados hechos a mano, se aprecia una fusión entre funcionalidad y sensibilidad estética. Cada elemento, desde los muebles a medida hasta la mesa de diseño exclusivo firmada por TIMM, contribuye a una atmósfera cálida, sobria y cuidadosamente compuesta. La gran ventana que domina el espacio enmarca las vistas como si se tratara de una pintura, reforzando la idea de habitar dentro de una obra de arte. En la planta baja, una acogedora zona de estar con calefacción remite al concepto escandinavo de “Hygge”, aportando una dimensión emocional al espacio: la sensación de estar en un refugio íntimo, sereno y profundamente conectado con su entorno.