Con un enfoque profundamente sensible hacia el entorno y el habitar consciente, la arquitecta Andrea Benavides, fundadora de la firma Amobblar, presenta en Casacor Morada Lúcida, un espacio de 50 m² que resume su visión sobre sostenibilidad, bienestar y belleza funcional.
Exhibido recientemente, Morada Lúcida parte de una premisa esencial: que el hogar no solo se habita, sino que debe vivirse con conciencia. Casa y consciencia: morada y lúcida. Cada decisión en el proyecto, desde los materiales hasta la iluminación, responde a una narrativa de respeto por el planeta y por quienes habitan el espacio.
Destacan los materiales de bajo impacto, como un mobiliario hecho al 100% con plástico reciclado del mar, junto con una atmósfera envolvente en la que el mármol es protagonista absoluto. Este se expresa en diferentes texturas y tonos: más brillante en la zona social, mate en el baño y el piedras sinterizadas el kitchenette.
El espacio, compacto pero expansivo, fue diseñado como una gran envolvente integrada a una casona preexistente. El mármol sube como zócalo en la sala, se convierte en banqueta, abraza el comedor, sube como kitchenette, desciende como zona de lectura y termina perdiéndose en las paredes del baño, integrando todo el espacio. Cada transición ha sido cuidadosamente pensada para generar amplitud y confort, jugando con colores oscuros sin temor, y demostrando que los tonos profundos también pueden iluminar y suavizar si se aplican con técnica.
Las texturas, los cuadros flotantes, las luminarias puras, las cortinas eléctricas y los mobiliarios personalizados refuerzan una estética que combina lo sensorial, lo táctil y lo emocional. Todo está orquestado para dar la sensación de estar dentro de un espacio que respira, que abraza y que invita a habitar desde la consciencia. Asimismo, se integraron las viguetas blancas de las casonas en una composición de pinturas de blancos hacia el color base del mármol, reforzando así la integración total de la arquitectura existente de la casona.
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