Con una visión que equilibra funcionalidad, estética y emoción, la arquitecta Andrea Benavides, directora creativa de la tienda Amobblar y del estudio AB Arquitectura, se ha posicionado como una referente en el diseño de interiores contemporáneo. En su más reciente propuesta, Benavides explora el poder del color como punto de partida para construir atmósferas que dialogan con el estilo de vida actual. En esta ocasión, comparte su experiencia trabajando con el tono Mocha Mousse, y cómo este se convirtió en el hilo conductor de un espacio que respira calidez, sofisticación y un espíritu relajado.
“Es un color acogedor, elegante y perfecto para contrastes orgánicos de fibras y madera del estilo bohemio chic. Les comparto mi composición de materiales con marcas locales del Perú”.
— Andrea Benavides
El Mocha Mousse, elegido de la pantonera de Casa Color Suvinil, se replicó incluso en exteriores mediante un microcemento texturizado, extendiendo su presencia más allá del interior. Esta continuidad visual se complementa con mobiliarios matizados en blanco perla de Sleek —perfecto contrapunto del Mocha— y en el mismo tono protagonista, aportando sutileza y cohesión cromática.
La composición suma materiales con carácter: melaminas de Hispanos como el Pietra Caspio, en un mármol claro, y el Marquina, de intensidad oscura, introducen contraste sin romper la armonía. Las alfombras en tonos cálidos y las lámparas tejidas completan este juego de texturas que conecta lo bohemio con lo contemporáneo.
La madera clara, con vetas visibles y sin rusticidad excesiva, refuerza la calidez del espacio, presente en paredes con melamina Garden Oak de Hispanos y en el piso Solar Oak de Mayo. Este diseño es natural, cómodo al tacto, sin perder elegancia. Su suavidad acompaña el ritmo orgánico del diseño, pensado para fluir.
Las curvas marcan presencia: desde muros y mesas hasta luminarias, los volúmenes redondeados suavizan el ambiente, eliminan rigidez y aportan naturalidad. En este marco, el Mocha Mousse actúa como nexo entre lo estructural y lo sensorial.
Los acentos oscuros destacan estratégicamente: el toldo vertical negro de Hunter Douglas, diseñado para exteriores, completa la paleta con elegancia. Y las sillas metálicas negras de Rosa Azul se integran sutilmente a la mesa principal de mármol.
El verde, siempre presente en formas orgánicas y naturales, cobra vida con un cuadro verde de Multigarden y plantas naturales para interior y exterior provistas por Del Jardín.
“Este proyecto muestra que no hay que temer a combinar maderas con mármoles oscuros. Cuando hay una curaduría sensible, los materiales se complementan y logran un lenguaje en armonía”, sostiene Andrea.
El resultado: un espacio con alma, donde la luz, la materia y el color dialogan con fluidez. El Mocha Mousse no impone, acompaña. Y al hacerlo, da una lección de cómo un tono puede unificar estilos y potenciar la personalidad de un lugar.