STUDIOTAMAT ha transformado una villa enclavada entre las ondulantes colinas de los Castelli Romani en un refugio modernista atemporal que combina historia, diseño y naturaleza. Inspirada en la arquitectura usoniana de Frank Lloyd Wright, la residencia, originalmente construida en la década de 1960, mantiene su esencia natural mediante líneas limpias, materiales nobles y una integración armónica con el entorno.
Ubicada entre Grottaferrata y Frascati, la vivienda ofrece a sus propietarios un equilibrio entre serenidad y vida metropolitana. En esta renovación, el estudio buscó preservar los elementos originales de la villa mientras introducía soluciones contemporáneas que intensifican la conexión entre interior y exterior. Paredes de piedra, madera, ladrillo visto y hormigón se reinterpretan con nuevas texturas, creando un ambiente luminoso y vibrante.


La intervención redefinió la distribución interna eliminando pasillos y pequeños cuartos para generar espacios abiertos y fluidos. Cada ambiente refleja una meticulosa atención al detalle: desde la restauración de la puerta de madera original hasta los muebles a medida inspirados en los motivos arquitectónicos de mediados del siglo XX. La escalera elíptica central se convierte en un elemento escultórico que organiza visualmente los espacios sociales de la planta baja.
El diseño interior combina piezas vintage e iconos del diseño moderno con mobiliario hecho a medida. Sofás Marenco de los años 70, sillas Cesca de Marcel Breuer y mesas Punto Zero conviven en una composición ecléctica que amplifica la luz natural. En la cocina, una isla de travertino rojo persa y una mampara de cristal aportan sofisticación y transparencia.



En el nivel superior, los dormitorios y el estudio conservan una estética cálida y refinada, con papeles pintados, tejidos de L’Opificio y mobiliario adaptado a la personalidad de cada miembro de la familia. Los baños destacan por su elegancia artesanal y materiales nobles como mármol Arabescato y azulejos de diseño italiano.



STUDIOTAMAT logra, así, un diálogo entre la memoria arquitectónica y la contemporaneidad. La Villa ai Castelli Romani se erige como un ejemplo de cómo la arquitectura puede trascender el tiempo, fusionando autenticidad, funcionalidad y belleza en perfecta armonía con el paisaje italiano.
Fotografía: Peter Molloy