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Restauran el subsuelo del Southbank, un hito de arquitectura y skateboarding en Londres

Arquitectura

Restauran el subsuelo del Southbank, un hito de arquitectura y skateboarding en Londres

Publicado hace 4 años

El famoso subsuelo del Southbank Centre era un destino mundialmente elegido por los patinadores, pero estaba amenazado por el cierre y la decadencia.

En la mañana del sábado 20 de julio se retiraron las vallas temporales que cercaban el área localizada junto a la orilla sur del río Támesis, revelando un paisaje de más de 400 m2 de suelos y superficies constituidas en concreto virgen. Este espacio posee diversas secciones y áreas inclinadas, encontrándose delimitado por barreras en forma de “L“ y una gran pared de contrachapado blanco que,  a finales del siglo XX,  se encontraba cubierta por graffitis. Este sector es denominado “Undercroft”, un espacio subterráneo indetermidado que forma parte del brutalista Southbank Centre. Es conocido además por ser uno de los espacios más antiguos y famosos del mundo para practicar skateboard.

El Southbank Centre, un complejo de lugares artísticos en Londres, conformado por tres sectores diferentes para eventos, finalizó su construcción en el año 1967. Diversos testimonios orales postulan al año 1973 como la fecha en la cual los skaters – en ese entonces pioneros de una nueva forma de movilidad y exploración espacial- se lanzaron por primera vez a las superficies inclinadas de hormigón de este subsuelo, con pantalones acampanados y toscas tablas de skate. Los patinazos y las marcas son testimonio de como en las décadas posteriores este espacio público y su hormigón visto fueron adaptados de forma creativa por una comunidad de skaters muy unida. En la década de 1980, el Undercroft era el centro de la escena del skateboard en Reino Unido, atrayendo a jóvenes no solo de todo el país, sino también del resto del mundo. En 1988, por ejemplo, el evento conocido como “Smell of Death Jam” condensó a patinadores y a patrocinadores de Powell Peralta, una reconocida compañía de skateboard con sede en Los Ángeles.

A pesar de su popularidad entre los patinadores -o quizás potenciada por esa misma popularidad- el sitio fue también una importante área de disputa, en el cual se debatieron los intereses de sus usuarios activos y sus verdaderos propietarios, el Southbank Centre. Esta disputa tuvo lugar mucho tiempo antes de la aceptación cultural del Skatebording, por lo cual la comunidad del Undercroft era considerada una molestia pública. En la década de 1990, el centro tomó medidas drásticas en contra de los skaters (tales como perforar el suelo para dar aspereza a la superficie y entorpecer su utilización) cercando gradualmente parte del espacio. Finalmente, en el año 2013, cuando los recortes nacionales afectaron la financiación de las artes y las instituciones culturales se vieron obligadas a exprimir sus ingresos, la totalidad del espacio se vio amenazado por su cierre y reubicación.

"Se presentó una solicitud de planificación que habría resultado en la transformación del área en un espacio lleno de cafés, tiendas y restaurantes", explica Stuart Maclure, integrante de “Long Live Southbank”, una organización sin fines de lucro formada con la finalidad de unificar a la comunidad de skaters para hacerle frente a dichas propuestas. Después de 17 meses de campaña y recaudación de fondos, el espacio finalmente fue recuperado, contando con el insólito apoyo del entonces alcalde de Londres, Boris Johnson.

Desde entonces, la comunidad de skaters y la organización “Long Live Southbank” han trabajado en colaboración con el Southbank Centre y los arquitectos londinenses de la firma Feilden Clegg Bradley Studios (FCBStudios), no sólo para mantener el espacio sino también para ampliarlo a su tamaño original.

"El proyecto para este espacio se centró en la fuerte herencia de los años 70", dice Chris Allen, asociado de FCBStudios, a Metropolis. "Estábamos mirando fotos de los patinadores y nos dimos cuenta que increíbles trucos y pruebas han tenido aquí su origen." De hecho, la naturaleza no planeada de este subsuelo lo transforma en un lugar particularmente difícil para patinar, lo cual ha contribuido a su notoriedad y amplia resonancia. Por lo tanto, el sector reabierto del “Undercroft” no se parece mucho a un skatepark tradicional: no hay rampas ni rieles obvios, pues introducirlos sería socavar la naturaleza de lo que allí ha germinado espontáneamente. En su lugar, barreras que bloquean el tráfico y pendientes de 45 grados pueblan el nuevo espacio.

A pesar de que la organización “Long Live Southbank” tuvo que financiar en su totalidad el proyecto (de aproximadamente 1,37 millones de dólares), la restauración fue también posible gracias a la ayuda y el amplio apoyo público. "La idea de cercar nuestro espacio público era un tema realmente importante [en 2013] y esto tocó la fibra sensible de mucha gente", explica Allen. "Puede que muchos no hayan tenido una relación personal con el skateboarding, y en muchos casos hasta hayan visto a este deporte como una molestia. Pero evitar que se cierre un espacio donde los jóvenes podían hacer cosas realmente creativas era un tema que muchos apoyarían sin siquiera dudarlo"

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