
Los muros verdes han pasado de ser una tendencia estética a una solución clave para mejorar la calidad del aire y la acústica en interiores.
Los espacios interiores están incorporando cada vez más elementos naturales para mejorar el bienestar de sus ocupantes. Entre las soluciones más innovadoras destacan las paredes vegetales, estructuras vivas que no solo decoran, sino que también purifican el aire, regulan la humedad y absorben el ruido ambiental.
Estas paredes están compuestas por sistemas hidropónicos o módulos de sustrato donde las plantas pueden crecer sin necesidad de suelo. Su mantenimiento es cada vez más sencillo gracias a sistemas de riego automatizados y sensores que monitorean las condiciones ambientales.
Grandes edificios como el One Central Park en Sídney y el Museo del Quai Branly en París han demostrado cómo las paredes vegetales pueden transformar fachadas y espacios interiores en entornos más saludables y sostenibles.
Más allá de su impacto ecológico, estos muros vivos aportan beneficios psicológicos, reduciendo el estrés y aumentando la sensación de bienestar en oficinas, hogares y comercios. Su integración con iluminación LED y materiales sostenibles los convierte en una opción versátil para cualquier ambiente.
Las paredes vegetales siguen evolucionando y consolidándose como una solución estética y funcional para ciudades más verdes y saludables.
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