Antwerpen Centraal, en la ciudad belga de Amberes, está considerada una de las más bellas con un espectacular edificio de 1900.
La gran plaza de Grote Markt, la casa-museo de Rubens, el barrio de los diamantes... Muchos son los atractivos que han convertido a la ciudad de Amberes en una visita obligada en Bélgica. Pero si hay algo que no te puedes perder es la estación central, también conocida como Spoorwegkathedraal, la catedral del ferrocarril. Se trata de un monumental edificio, con una gran cúpula, revestimientos de mármol, escalinatas y vidrieras que la hacen parecer un majestuoso palacio y la han convertido en una de las más bonitas del mundo. En 1835 llegó a Amberes el primer tren que conectaba la ciudad con Bruselas, y lo hizo a una pequeña estación de madera fuera de las murallas de la ciudad. Casi 20 años después, la estación se trasladó más al centro pero, a finales del siglo XX el rey Leopoldo II consideró que Amberes bien merecía una estación mejor. Así, en 1895 comenzaron las obras de construcción de una nueva terminal ferroviaria. El proyecto recayó en el arquitecto Louis de la Censerie, uno de los impulsores de la renovación de la arquitectura flamenca y belga en el siglo XIX.
tardaría diez años en concluirse y en 1905 quedó inaugurada esta impresionante y lujosa estación de estilo tan ecléctico como grandioso, con planteamientos neorenacentistas aunque también con influencias del Art Nouveau y Neobarroco para el vestíbulo. Entre los 2000 y 2009 el edificio y la zona de vías y andenes fueron reformados para acoger la línea de alta velocidad, así como para abrir niveles subterráneos adicionales. También se habilitaron zonas de tiendas y restaurantes, además de restaurar la espectacular cubierta metálica que cubre el techo.
Fuente: Elle Decor
© 2024 Dossier de Arquitectura, Todos los derechos reservados