Los clientes buscaban un dormitorio que combine elegancia y confort. Desde las primeras propuestas, quedó claro que la madera era un elemento fundamental para ellos. Por ello, se diseñaron paneles ranurados enchapados en madera natural de roble americano para la cabecera y el mueble de TV. Para complementar la calidez de la madera, se utilizaron telas en tonos neutros con texturas suaves.
El espacio era bastante amplio, lo que permitió incorporar una cama tamaño King, una banqueta profunda y un chaise longue como áreas alternas de descanso o lectura. El mueble de TV se diseñó pensando en la funcionalidad: la clienta, con una vida social activa, necesitaba un área de tocador con luz natural. Además, se añadieron cajones bajos para maximizar el espacio y repisas para objetos personales.
Las alfombras jugaron un rol importante en la composición del dormitorio. Se superpusieron dos de diferentes formas y diseños para unificar los muebles. La iluminación, suave y cálida, contribuyó a crear un ambiente íntimo y acogedor.
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Fotografía: Marcelo Aniello
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