Antes de la intervención del estudio, la cocina era casi 100% blanca, por lo que la principal idea fue aportar color y calidez. Las cocinas de estilo shaker fueron la fuente de inspiración para crear un diseño atemporal, con aires vintage y líneas simples pero elegantes.
Para el piso se propuso un porcelanato con apariencia de madera muy natural, que combina a la perfección con cualquier tono de mobiliario. Además, este material aporta mucha calidez al espacio. Se buscó instalarlo en espiga, lo cual le da el toque original que caracteriza al estudio en sus proyectos.
Fotografías: Roberto Wallace
© 2024 Dossier de Arquitectura, Todos los derechos reservados