Esta residencia unifamiliar se encuentra en la cima de una colina en una zona residencial de Tijuana, Baja California, México.
La parcela de 989 m2 fue ocupada anteriormente por una casa que sufrió daños estructurales graves por lo que fue imposible rescatar; sin embargo, algunos de los materiales de construcción fueron rescatados y reutilizados
El arreglo arquitectónico se concibió teniendo en cuenta dos necesidades; primero, para crear una huella capaz de acomodar un jardín orientado al sur y un patio central, y segundo para proporcionar un nivel de piso completamente funcional para acomodar las necesidades del usuario a medida que envejecen.
La topografía de la parcela también jugó un papel importante en la distribución del diseño, ya que la pendiente descendente sugirió naturalmente colocar la zona pública y el dormitorio principal al nivel de la calle para facilitar el acceso, y las áreas privadas debajo del nivel de la superficie; logrando con esta disposición una fachada principal más sutil pero interesante. Los materiales exteriores del edificio se eligieron para que la casa envejeciera correctamente y al mismo tiempo apuntara a una mayor eficiencia energética y de mantenimiento. La selección de materiales consiste principalmente en hormigón visto y una pared doble de ladrillo rojo aislado. Ventanas de doble acristalamiento con rotura de puente térmico y techo de metal aislado también contribuyen a la comodidad térmica de la casa. Con un enfoque ambientalmente responsable, se incluyeron sistemas para proporcionar un proceso de tratamiento de aguas grises para sostener el paisaje y paneles solares para satisfacer parcialmente las necesidades energéticas de la familia.
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