AXÉ, es un saludo Bahiano (Salvador de Bahía), un culto religioso usado hace muchos años en Brasil, que significa energía positiva. Esta frase detonó esa energía para que el estudio desarrolle junto a los clientes, este singular proyecto ubicado en Lima Perú. El terreno árido, en esquina y con una superficie de 500 m2, permitió resolver un proyecto con una síntesis, logrando una economía formal, espacial y programática que albergara o contenga las emociones y deseos de los usuarios.
Generar un nuevo paisaje vegetal, sobre el manto árido existente e incorporarlo en todos los rincones de la casa, esperando que madure y sea parte de la arquitectura y su tiempo, se convirtió en un valor esencial, que detonó sin duda en una planta baja muy abierta, diáfana provocando un paisaje social. Atmósfera que se siente, que genera esa pausa y paz contenida, en todos sus rincones y estancias.
Este espacio social principal se apoya en dos elementos estructurales, uno es la barra que contiene el servicio, patios internos y sala de juegos, materializado en el muro de piedra granítica, que recorre todo el largo del terreno y en el sentido contrario, una caja más pequeña, que contiene el baño de visitas y escalera. Ambos volúmenes cumplen la función de soporte y al posar la segunda planta, definen las funciones contenidas y su fluidez interior -exterior.
La terraza como espacio intermedio, se eleva y extiende unos metros adicionales, sin techar, generando una profundidad visual y de suelo, ampliando sus posibilidades y flexibilidad de usos. Convirtiéndose entonces en la plataforma de encuentro de vida social, donde se funde el nuevo paisaje, la arquitectura y los usuarios.
En la planta alta se desarrollan las funciones tradicionales del mundo más privado, de descanso, los dormitorios y sala familiar. Se incorpora en su fachada principal, exterior e interior, una gran viga invertida estructural y maceta corrida, que permite desde el interior de los dormitorios, tener presencia de vegetación y en conjunto con la luz filtrada de sus celosías corredizas de madera, generan un tono y movimiento especial en su interior.
Alineando todos los valores, funcionales, estructurales, programáticos, materiales y sobretodo sus emociones, se logró una noble arquitectura, donde la masa expresada con el hormigón visto, la calidez de la madera, su espacialidad y manejo de la luz, se convierten entonces en las materias primas para la materialización del proyecto, con energía positiva. AXÉ.
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