Con interiores blancos y brillantes sumergidos nueve metros bajo la superficie, se encuentra el aparcamiento subacuático para bicicletas diseñado por el estudio holandés Wurck.
El aparcamiento subacuático se encuentra junto a la estación central de Ámsterdam y está conectado directamente al sistema de metro y ferrocarril de la ciudad mediante seis escaleras mecánicas, el espacio submarino es el primero de su clase en el mundo y ofrece aparcamiento para unas 7.000 bicicletas.
Wurck se adjudicó el proyecto tras un concurso convocado por el ayuntamiento de Ámsterdam en 2018 y trató de convertir la instalación subterránea en una extensión luminosa y acogedora del ámbito urbano superior, que también ha sido objeto de un proyecto de regeneración más amplio.
El camino que lleva a los usuarios hasta el aparcamiento de bicicletas y a través de él está revestido con un panel de cristal de 140 metros de largo, junto a mapas y obras de arte de temática náutica creadas en colaboración con la oficina de diseño Multitude y el Museo de Ámsterdam.
El aparcamiento presenta una entrada de piedra y hormigón que da paso a un vasto vestíbulo de brillantes columnas blancas en forma de seta que enmarcan los aparcamientos de bicicletas, iluminados por luminarias tipo óculo que simulan claraboyas submarinas.
Wurck eligió esta paleta de materiales contrastados para imitar la sensación de abrir una escarpada concha de ostra y descubrir su limpio interior blanco.
Un sistema automatizado permite a los ciclistas utilizar las puertas electrónicas con sus tarjetas de transporte, lo que posibilita un desplazamiento rápido y eficaz por las rutas curvas.
Recientemente se han construido aparcabicis similares en varias ciudades holandesas para dar cabida al enorme número de bicicletas aparcadas en las estaciones del país.
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