En el distrito costero de Punta Hermosa, al sur de Lima, Perú, se erige un nuevo proyecto multifamiliar que redefine el vínculo entre arquitectura contemporánea y entorno natural. Diseñado por el arquitecto Martín Dulanto, el edificio se construye en un terreno de 528,63 m², ubicado en el lote 08 de la Manzana P, entre la calle La Carabela y el paisaje del océano Pacífico.
Este nuevo desarrollo reemplaza la antigua casa de la familia Fiocco, demolida para dar paso a una propuesta arquitectónica que equilibra sobriedad volumétrica con apertura espacial. Se trata de un edificio de tres niveles más un semisótano, que alberga ocho apartamentos diseñados en dos tipologías: cinco unidades tipo “flat” y tres tipo “dúplex”.
Cada una de las viviendas ofrece vistas privilegiadas al mar gracias a la organización del volumen en torno a un concepto fuerte: un gran bloque blanco con forma de exoesqueleto. Este volumen perimetral se convierte en una columnata serializada que permite grandes vanos y balcones-jardineras, integrando la arquitectura con el paisaje marino. La propuesta busca así una presencia serena pero firme en su entorno.
En el primer nivel se ubican dos departamentos tipo flat (101 y 102), seguidos por tres unidades adicionales en el segundo piso (201, 202 y 203). En el tercer nivel se encuentran los tres dúplex (301, 302 y 303), cada uno con acceso exclusivo a terrazas privadas que cuentan con piscina, ubicadas en la última planta de cada unidad. El acceso a los departamentos se realiza a través de un núcleo vertical compuesto por una escalera y un ascensor, conectado a un pasillo distribuidor.
El semisótano, al que se accede desde la calle La Carabela, está destinado completamente a estacionamiento y trasteros para las viviendas, optimizando el uso del terreno y evitando la saturación del entorno urbano.
La altura del edificio se adapta cuidadosamente al perfil urbano de la zona. La edificación alcanza una cota de 110,40 m, gracias a un diseño que contempla tres niveles habitables más una jardinera de 50 cm y una barandilla de vidrio de 40 cm sobre las terrazas. Esta cota se mantiene 2,50 m por debajo del mirador de Anali (112,90 m), respetando las normativas locales y armonizando con la edificación vecina, que supera los 112,80 m en su cuarto nivel retranqueado.
Estéticamente, tanto la fachada lateral como la frontal actúan como un gran pórtico, que enmarca los espacios interiores y dirige la mirada hacia el paisaje. Las jardineras integradas entre los pórticos permiten la presencia de vegetación, que suaviza la rigidez del módulo estructural y enriquece la experiencia espacial de los residentes.
Este proyecto firmado por Martín Dulanto no solo ofrece soluciones habitacionales modernas y funcionales, sino que también plantea una reflexión sobre cómo habitar el litoral limeño con sensibilidad, integración paisajística y visión arquitectónica.