En Damme, Bélgica, a solo diez minutos de la ciudad medieval de Brujas, el estudio TOOP architectuur diseñó una vivienda que dialoga con el paisaje rural y la identidad histórica del lugar. El proyecto se ubica en el sitio donde antiguamente se alzaba la fortaleza de Fort Damme, marcando el límite entre el pueblo y las extensas llanuras de pólder.
La casa reemplaza una edificación anterior que no se relacionaba con su entorno. Su reubicación dentro del terreno permitió optimizar el diseño del jardín y preservar todos los árboles existentes, fortaleciendo la conexión con el paisaje sin comprometer la privacidad de sus habitantes.
Condicionada por regulaciones locales que exigen cubiertas inclinadas y materiales coherentes con el carácter del pueblo, como el ladrillo calcáreo y las tejas rojas o marrones, la casa se resuelve con un lenguaje sobrio y profundamente integrado. La base de la vivienda se sitúa parcialmente enterrada en una pendiente, construida en hormigón visto con textura de tablones, lo que le otorga una presencia silenciosa desde la calle, casi como un pedestal del volumen superior.
A pesar de su posición semienterrada, la luz natural penetra generosamente gracias a grandes patios, generando interiores cálidos, amplios y luminosos. La planta baja, de carácter más íntimo, se contrapone con la parte superior, a la que se accede mediante una escalera circular que conduce a espacios más abiertos y sociales.
Este proyecto es un ejemplo de cómo la arquitectura puede ser contemporánea sin romper con su contexto histórico y natural. Una casa que respira paisaje, historia y diseño en una armonía serena.