En la accidentada geografía de Menorca, España, NOMO STUDIO proyecta la Casa de Acero, una vivienda que destaca por su geometría precisa y su carácter monolítico. Suspendida sobre una ladera con fuerte pendiente, la casa establece un diálogo entre masa y ligereza, reforzado por plataformas de hormigón que parecen flotar sobre el terreno.

La envolvente de la casa se construye a partir de una composición rigurosa y minimalista basada en tres materiales esenciales: hormigón, metal y vidrio. Estos se disponen en grandes superficies interrumpidas por bandas verticales que marcan una modulación precisa. Todos los materiales se presentan en su estado natural, sin revestimientos, lo que permite un envejecimiento honesto que acentúa el contraste entre la solidez del hormigón y la ligereza del aluminio y el vidrio.

El hormigón mixto, presente tanto en el interior como en el exterior, muestra un minucioso trabajo de encofrado, donde ranuras precisas integran elementos como luces, goterones, rieles y sistemas de ocultación dentro de una lógica tectónica coherente. Un sistema de lamas verticales, tanto fijas como móviles, regula la entrada de luz y las vistas, creando una doble piel entre el cerramiento acristalado y el exterior. Esta zona intermedia de sombra actúa como un espacio de transición entre interior y exterior, reforzado por amplias puertas correderas que disuelven los límites físicos de la vivienda.

El acceso interior se resuelve mediante un vestíbulo revestido en madera, que aporta calidez frente a la expresividad mineral de la estructura. Una escalera metálica, ligera y precisa, conecta los distintos niveles en una secuencia vertical permeable a la luz. La distribución se organiza en una planta en “L”, donde sala, comedor y cocina se integran en un único espacio abierto. La cocina se retrae discretamente, manteniendo la conexión visual con el resto del ambiente.


El vínculo con el exterior se expresa a través de una amplia zona de transición que favorece la continuidad espacial con el jardín. En el interior, dominado por losas de hormigón visto, superficies acristaladas y elementos metálicos exentos, se genera una atmósfera que oscila entre la opacidad y la transparencia, la solidez y la ligereza.


Casa de Acero es una obra que combina precisión técnica y sensibilidad con el entorno, manifestando una arquitectura que se eleva sobre el paisaje sin perder su anclaje en él.