El diseño de interiores está en constante evolución, y la elección del color es un factor clave para definir la personalidad y el estilo de los espacios.
En 2025, las tendencias cromáticas buscan un equilibrio entre sofisticación, calidez y versatilidad, permitiendo crear ambientes contemporáneos y acogedores.
Los tonos neutros han evolucionado hacia una paleta más cálida y envolvente. Colores como beige, arena y greige (una mezcla de gris y beige) se han convertido en la base perfecta para interiores elegantes y serenos. Estos tonos combinan de maravilla con acentos en tonos tierra como la arcilla, el terracota y el marrón tostado, evocando una sensación de conexión con la naturaleza y sofisticación al mismo tiempo. Un sofá en tono arena con cojines de lino terracota puede transformar un espacio, haciéndolo más cálido y acogedor sin necesidad de elementos recargados.
El verde salvia sigue en auge gracias a su capacidad de transmitir frescura y serenidad. Combinado con materiales como la madera clara, el ratán y textiles en tonos lino o piedra, crea ambientes relajantes y equilibrados. Es una opción ideal para salas de estar donde se busca una atmósfera de tranquilidad o para dormitorios donde el descanso es la prioridad. Las paredes en verde salvia con detalles en blanco roto y muebles en madera natural son una apuesta segura para un diseño atemporal.
Para quienes buscan un toque más sofisticado, el azul profundo, como el azul petróleo o navy, combinado con detalles en dorado, aporta una sensación de lujo sin ser excesivo. Esta paleta es ideal para estudios, bibliotecas y comedores, ya que otorga profundidad visual y un aire refinado. Un comedor con sillas tapizadas en azul petróleo, una mesa de madera oscura y una lámpara dorada colgante puede convertirse en un punto focal elegante dentro de cualquier hogar.
Los colores pastel han evolucionado hacia tonalidades más sofisticadas y matizadas, como el rosa empolvado, el lavanda grisáceo y el azul suave. Estas opciones son ideales para quienes buscan un toque delicado pero moderno, combinándose a la perfección con acabados mate, madera clara y detalles en negro. Un dormitorio con paredes en rosa empolvado, ropa de cama blanca y lámparas de diseño minimalista en negro mate puede lograr un equilibrio entre dulzura y modernidad.
El gris sigue siendo un clásico en el diseño de interiores, pero ahora las versiones más cálidas y ligeramente amarronadas son las protagonistas. Cuando se combina con negro carbón y toques metálicos en bronce o latón, se consigue un ambiente elegante y sofisticado, ideal para espacios contemporáneos. Un salón con paredes en gris cálido, un sofá de lino en tono piedra y una mesa de centro con estructura metálica en bronce es el ejemplo perfecto de cómo esta combinación puede elevar un espacio sin esfuerzo.
El amarillo mostaza continúa ganando popularidad, ya que aporta un toque de vitalidad sin ser estridente. Este color se equilibra perfectamente con tonos neutros como el beige y el gris cálido, dando como resultado interiores llenos de personalidad y carácter. Un sillón en mostaza junto a una alfombra en tonos tierra y paredes en color arena puede transformar un rincón sin necesidad de cambios drásticos.
Para quienes buscan un enfoque más minimalista, la combinación de blanco roto con madera natural sigue siendo una de las opciones más elegantes y versátiles. Este dúo crea espacios luminosos y serenos, perfectos para quienes desean un diseño atemporal y acogedor. Una cocina con muebles en blanco roto, encimeras de mármol y detalles en madera clara resulta moderna y cálida al mismo tiempo.
Las tendencias en color para interiores en 2025 buscan generar ambientes equilibrados y acogedores. Desde tonos neutros cálidos hasta combinaciones audaces como azul profundo con dorado, la clave está en encontrar una armonía cromática que se adapte a la funcionalidad y personalidad de cada espacio. Aplicar estas paletas en proyectos arquitectónicos y de diseño de interiores permite lograr ambientes modernos, sofisticados y llenos de estilo.
