Ubicada en Taray, en el corazón del Valle Sagrado de Cusco, Casa Florencia es una propuesta residencial del estudio Taller MACAA que reinterpreta con respeto y sensibilidad los principios de la arquitectura andina. El proyecto forma parte de KUSKA, un espacio diseñado para vivir y compartir en armonía con el entorno natural de la Cordillera de los Andes.
La vivienda se compone de dos áreas principales: el Estudio y el Taller, ambas articuladas a través de un diseño que responde al clima templado de montaña. La orientación, los materiales y la disposición de los espacios se han pensado para optimizar la eficiencia térmica y la relación visual con el paisaje.
El Estudio, dispuesto sobre una franja longitudinal y adaptado a la pendiente del terreno, se fragmenta en dos subniveles. El superior alberga el ingreso, una despensa y un baño seco, mientras que el nivel principal reúne la cocina, el comedor y la sala de estar, todos abiertos hacia un patio independiente. Las ventanas altas y las aberturas alineadas permiten que la luz natural bañe los interiores durante todo el día, rompiendo visualmente los límites del espacio construido.
Anexo al Estudio y conectado mediante arcos de adobe, el Taller es un volumen de doble altura orientado a la creación. En este espacio se elaboraban todos los muebles de Florencia. El Taller se despliega de norte a sur, acompañado por terrazas de piedra que funcionan como senderos y zonas de trabajo al aire libre.
El sistema constructivo retoma materiales locales como el adobe, con muros de carga de 40 cm de espesor, piedra, madera, caña y tejas. La estructura se completa con detalles modernos como marcos de hierro y puertas pintadas de amarillo, un guiño cromático al entorno: flores de retama y campos de maíz. Las cubiertas de doble vertiente evocan las casas tradicionales de la región.
Un muro central de 80 cm de grosor soporta dos de las tres vigas de cumbrera y actúa como eje estructural que articula el Taller y el Estudio. La disposición en forma de L y la plaza central que genera, rodeada de patios, crea un núcleo íntimo y privado dentro de KUSKA, destinado a residentes permanentes.
Casa Florencia es más que una vivienda: es un ejercicio de integración arquitectónica y cultural que une pasado y presente. Con un diseño funcional, sensible y sostenible, el proyecto celebra la vida en comunidad, el saber constructivo ancestral y la belleza silenciosa del paisaje andino