La Casa “Estrato”, desarrollada por Blending Dots Arquitectos en colaboración con el arquitecto Rogelio Castillo, se presenta como una respuesta poética y tectónica al paisaje desértico que la rodea. El proyecto se erige como un manifiesto arquitectónico que celebra la materialidad y el diálogo entre el hombre y la tierra, buscando revelar las capas del territorio a través de un recorrido ascendente que transita desde la tierra compactada hasta los metales, evocando un proceso casi geológico de transformación y elevación.

En la planta baja, los muros de tierra compactada construyen la base firme y cálida del proyecto. Con su grosor y porosidad, estas paredes evocan el origen mismo del lugar y dialogan con el suelo del desierto. Los matices ocres y rojizos de la textura terrosa atrapan la luz cambiante y proyectan sombras que refuerzan la sensación de arraigo y protección.
El interior se transforma y adopta un lenguaje más desnudo: los muros de concreto aparente revelan la honestidad constructiva y generan una atmósfera de crudeza y pureza material. El concreto, deliberadamente sin recubrimientos, conecta con la idea de una arquitectura esencial y sincera.


La planta alta, fragmentada en dos bloques de acero oxidado, se posa sobre la tierra como un estrato superior. Estas cajas metálicas se abren hacia el interior mediante circulaciones verticales de vidrio, que funcionan como umbrales de conexión entre los volúmenes. Este espacio etéreo actúa como un puente que sugiere un diálogo entre la solidez de la materia y la ligereza del aire.
El acceso principal, marcado por tres grandes puertas pivotantes de acero oxidado, conduce al corazón de las circulaciones verticales. Estas puertas, semejantes a enormes rocas metálicas, refuerzan la narrativa de una arquitectura nacida de la tierra y de las vetas de hierro que la habitan. Un vidrio de piso permite vislumbrar una cava en el sótano, visible pero inaccesible a primera vista, invitando a explorar el nivel inferior mediante escaleras suspendidas de acero que prolongan la experiencia material.

La fachada posterior se abre generosamente al paisaje desértico protegido por una reserva ecológica. Celosías verticales de acero oxidado funcionan como puertas modulables que permiten conectar el interior con el exterior o proteger los espacios del asoleamiento extremo, regulando luz y temperatura.


En síntesis, la Casa “Estrato” se concibe como una arquitectura que emana de la tierra: desde la arcilla y la tierra compactada hasta el concreto y el acero, los materiales se transforman y superponen como capas geológicas que narran una historia de origen, permanencia y transformación. La casa se presenta como un refugio, metáfora y puente con la naturaleza, donde cada material y espacio recuerda la fuerza del territorio y la poesía de la construcción.