Una vivienda hiperconectada que prioriza las soluciones sostenibles y transforma un icono de la arquitectura moderna de São Paulo, de 1962 y diseñado por Botti y Rubin, en un hábitat flexible y reconfigurable. De esta manera tenemos un proyecto que reflexiona sobre el impacto de las nuevas tecnologías digitales y las nuevas formas de vida.
En este proyecto lo concreto y lo virtual se funden para construir una espacialidad llamada híbrida, donde el cemento y el ladrillo se mezclan con cables de red, microcontroladores y sensores. La automatización es una de las herramientas que permite diseñar espacios con capacidad de respuesta. En este departamento, el sistema de gestión de la casa se puede controlar virtualmente a través de dispositivos móviles o localmente mediante teclados inteligentes o comandos de voz, lo que permite configurar diferentes escenarios, desde el día a día hasta los puestos de trabajo, fiesta o cine. Accesos, iluminación, riego, audio y vídeo, cortinas y mobiliario, todo automatizado.
Los residentes querían vivir en un departamento con balcón. Como este edificio no ofrecía esta posibilidad, pero si presentaba una fachada acristalada, de suelo a techo, se decidió transformar el departamento en un gran balcón. Este espacio fue decorado con diferentes tipos de plantas, muchas de ellas autóctonas de Brasil. Un verdadero bosque urbano, con árboles frutales, un huerto productivo y espacios con flores.
El proyecto rompe con la configuración tradicional del departamento, que reproducía la llamada tripartición residencial burguesa, que divide las viviendas en zonas sociales, íntimas y de servicios.
Una planta flexible permite el movimiento de paredes o piezas de mobiliario, e incluye una participación activa del residente en su constante reajuste. Este departamento fue diseñado en base de sus actividades, como trabajar, dormir, comer, recibir amigos, cuidar la ropa o relajarse, lo que da como resultado una arquitectura dinámica e interactiva, capaz de adaptarse a distintas prácticas cotidianas.
Las puertas correderas acústicas de cristal y los grandes paneles de cortinas automatizadas difuminan los límites y permiten crear momentos más sociales o más privados, integrando o aislando espacios.
La cocina es un ejemplo de uno de los ambientes que se transforma según los deseos del residente. Integrada al salón por grandes puertas pivotantes, también puede funcionar como lugar de reunión o estación de trabajo multiplicando los usos habituales para este tipo de espacio. Este último está dividido en una zona de preparación y trabajo (habilitada con una encimera, una pizarra magnética y un televisor) y otra de limpieza, rodeada de un huerto.
En el despacho, el escritorio y la lámpara se hicieron con madera reciclada del antiguo suelo. Giran automáticamente para favorecer la vista de la ventana o para recibir las recogidas del DJ los días de fiesta.
El salón recibe un amplio cine con una pantalla de 120″ que se transforma en sala de reuniones con cámara y micrófono integrados para las llamadas. Utilizando el mismo proyector, durante el tiempo de ocio, la pared se convierte en una galería digital, recibiendo obras NFT de la colección de los residentes. Los días festivos, con el desplazamiento rápido de algunas piezas, la sala se convierte en una pista de baile, con iluminación audio reactiva fijada a la jardinera suspendida.
Una jardinera largamente suspendida atraviesa todos los ambientes integrados y dibuja, junto con los jarrones de suelo y los colgantes, un bioma privado. La intensa presencia de vegetación es capaz de crear un microclima específico, reduciendo las altas temperaturas y mejorando la calidad del aire, premisas importantes en una ciudad como São Paulo.
La investigación en diseño paramétrico es una de las pasiones del Estudio Guto Requena, presente en la mayoría de sus proyectos.
En este proyecto, se destaca un panel de madera de sucupira en la fachada frontal del edificio, diseñado a través de algoritmos que se basaron en el análisis de diseños de paneles perforados históricos, como los muxarabis, que originalmente proporcionaban sombra y regulaban la temperatura interior. Escaneando los dibujos originales, se creó un código informático que simula la trayectoria del sol sobre la fachada, generando un patrón gráfico con líneas que varían en grosor según la distancia al eje imaginario. Además de rendir homenaje al edificio, este panel agrega textura al balcón y se integra con elementos de mobiliario paramétrico como el buffet Attraction, la alfombra Turing y la instalación interactiva Heart Wall, que sincroniza luces con los latidos del corazón, permitiendo grabar y conservar recuerdos afectivos.
Todos los muebles y artículos de decoración fueron especialmente seleccionados y guardan historias personales y colectivas – sobre la historia del diseño brasileño. Nombres importantes de la escena brasileña se juntan con piezas de jóvenes diseñadores brasileños, el propio Estudio Guto Requena presenta una serie de prototipos en este proyecto.
Fotografía: Maíra Acayaba
