Cuando los clientes encontraron el apartamento en la azotea de Prenzlauer Berg, lo que más les cautivó fue la brisa que recorría los tejados, fluyendo de un lado a otro del apartamento cuando todas las puertas estaban abiertas. Sin embargo, la distribución existente presentaba múltiples paredes que dividían el espacio en áreas pequeñas e incompletas, y una chimenea en desuso ocupaba un lugar central, sin funcionalidad real.
El equipo de Bruzkus Greenberg decidió eliminar los muros del espacio principal, manteniendo la sensación de un núcleo interior que organizaría la circulación. La chimenea, que representaba un obstáculo más que un elemento decorativo, fue retirada y la escalera parcialmente oculta mediante una estantería. Esto permitió convertir el comedor en el nuevo corazón del apartamento, transformando la circulación y el uso del espacio. Según el socio Peter Greenberg, “al eliminar la chimenea y rediseñar la circulación, logramos un centro funcional y acogedor en torno al comedor”.
El elemento central de la intervención es un módulo azul de carpintería, teñido para resaltar la veta de la madera. Este módulo integra paneles de pared, estanterías y un banco, creando un núcleo que permite que la luz, el aire y el espacio fluyan libremente, unificando todo el ambiente. Complementa la composición un armario empotrado de gran altura con acabado transparente y paneles espejados que multiplican visualmente la sensación de amplitud. Una cortina azul claro permite abrir o cerrar los espacios según se desee, separando el dormitorio de las zonas comunes sin interrumpir la continuidad visual.
En la sala, un sofá amarillo mantequilla hecho a medida, bautizado como “Sophia 3000”, preside el salón y se integra armónicamente con los muebles empotrados y el resto del mobiliario. El techo azul de pendiente continua conecta visualmente el salón, el despacho y el dormitorio, reforzando la unidad espacial. El acceso desde la escalera del edificio conduce primero a un espacio bajo y oscuro, que desemboca en una habitación más alta y luminosa con claraboya, generando un recorrido dinámico entre los distintos niveles.
La renovación culmina en la azotea, accesible por escaleras azul celeste, donde se creó un área de estar integrada que ofrece un rincón acogedor con vistas panorámicas de Berlín. Con La Caja Azul, Bruzkus Greenberg logra transformar un apartamento fragmentado en un hogar donde la luz, el aire y el diseño se conjugan, combinando funcionalidad y estética en perfecta armonía.
Fotografía: Pion Studio




