En pleno corazón de San Isidro, el estudio Scala Arquitectos ha desarrollado un proyecto residencial que redefine la elegancia urbana a través de una propuesta que prioriza la conexión con la naturaleza, la luminosidad y el diseño contemporáneo. Concebido para sus clientes, Ximena y Carlos, el espacio busca ofrecer serenidad sin renunciar a la sofisticación.
La arquitectura interior se organiza en torno a grandes ventanales que permiten la entrada generosa de luz natural y enmarcan una imponente pared verde, que actúa como pulmón visual del hogar. Esta integración con el entorno convierte cada ambiente en un espacio vivo y en constante diálogo con el exterior.
El proyecto destaca por una paleta de tonos neutros, donde los acentos en textiles y piezas decorativas añaden personalidad sin romper la armonía general. El mobiliario, de líneas puras y materiales nobles como la madera y el mármol, refuerza la sensación de confort y atemporalidad.
Uno de los espacios más representativos es el comedor: una mesa ovalada ocupa el centro de la escena, acompañada de sillas de diseño depurado. Sobre ellas, lámparas colgantes con formas escultóricas proporcionan una iluminación cálida y puntual. El suelo de madera, cubierto parcialmente por una alfombra texturizada, añade calidez al conjunto.
Hacia un extremo del salón principal, una sofisticada área de bar amplía la propuesta de convivencia. La estantería y la barra, en negro y dorado, introducen un lenguaje más audaz sin romper con la estética general. La continuidad espacial y la luz natural contribuyen a una atmósfera de amplitud y coherencia visual.
Con este proyecto, Scala Arquitectos reafirma su compromiso con un diseño que no solo responde a criterios estéticos, sino también emocionales, creando espacios que reflejan el estilo de vida de quienes los habitan.