Aunque a la vista el acabado es similar, no ofrecen la misma calidez en la pisada ni la resistencia es igual. Y tampoco los precios. Te contamos todas las claves.
Este tipo de suelos, ya sean parquet o gres porcelánico, se han convertido en los más demandados para cualquier hogar. Ofrecen muchísima calidad a la vista y combinan con facilidad con cualquier estilo y ofrecen una amplísima gama de acabados. Pero dependiendo de tu presupuesto y usos –no es lo mismo instalarlo en el salón que en la cocina o el baño– puedes elegir entre madera maciza o cerámica. Estos son todos los pros y contras de cada uno de estos materiales.
La principal ventaja del parquet cerámico en comparación con otros materiales es su gran resistencia. Soporta el agua, la humedad, la abrasión y el rayado. También presenta gran dureza frente a los golpes. Destaca también porque tampoco necesita pulidos ni encerados y prácticamente no requiere mantenimiento. Puede limpiarse con casi cualquier producto de limpieza- No pierde color con el tiempo y no envejece –a diferencia de los suelos de madera maciza–. Lo puedes encontrar en piezas de todos los tamaños o, incluso, que imitan las lamas de la madera en una sola baldosa. Puedes instalarlo en toda la casa y conseguir un efecto de continuidad muy atractivo y acogedor.
Básicamente, su principal desventaja es precisamente esa. Que no es madera. Por lo que, aunque a la vista ofrezca resultados muy cálidos, se notará en la pisada. Asimismo, cuanto más realista sea la cerámica, más aumentará su precio. Entre sus inconvenientes, hay que señalar que, para instalarlo, es necesario realizar obra, ya que necesita que el suelo esté bien nivelado. Además, las piezas pueden ser de gran formato (Porcelanosa las tiene que miden hasta 180 cm, como el modelo Devon Roble), lo que hace que su instalación sea algo más complicada. Y, si te cansas de él, tendrás que renovar de nuevo todo el pavimento.
Una de las ventajas de la cerámica que imita al parquet es que lo mismo se puede utilizar como pavimento que como revestimiento. Esta solución ofrece superficies continuas y con un alto poder decorativo.
En los últimos años, los modelos de gres cerámico que imitan a la madera se han vuelto mucho más realistas. Las baldosas reproducen cualquier tipo de madera –desde roble o caoba a pino, haya o cerezo– con acabados decapados y envejecidos. Los actuales modelos de suelos cerámicos que imitan el parquet ofrecen, con todo tipo de detalle, la belleza de la veta de la madera, con un realismo sorprendente.
